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Mostrando entradas de 2008

Lápiz

Hoy me sentí especialmente dichosa, afortunada y querida. Gracias a ti.

Gigantes

De mis grandes dolores hago yo mismo pequeños cantos. Heine Somos gigantes con los pies hundidos en un charco de agua estancada. Nos erigimos por la aparente solidez con la que hacemos frente a las palabras envenenadas. Mira, cómo lloramos con la cara petrificada, cómo creemos ser duros cuando sólo intentamos ser fríos, creyendo que eso nos hará más fuertes, que nos hará ser inmunes al cariño, el que tanto necesitamos y a la vez rechazamos. Somos gigantes atorados, grises y mohosos, cada vez más hundidos, forjando la esperanza de que todo pudo ser mentira, de que entonces así no somos culpables de ser como fuimos. Me da pena pensar en lo que nos convertimos. Todo metódicos, racionales, estrictamente pensantes, automatizados para tareas involutivas. Pensamos y conceptualizamos todo amago se sentir.

Memoria 0

Todo lo que está fuera de nuestra vista es pasto del olvido, inmediato o no, pero del olvido. Ya no puedo recordar con claridad la casa que había enfrente, en el lugar en el que hay ahora un edificio medio, un patio de vecinos silencioso. La casa anterior era más baja y me dejaba ver más cielo. Había más espacio, más aire. Ya no recuerdo cómo eran las aceras, ni los desperfectos de la carretera. ahora hay nuevas heridas en esos ladrillos grises que pavimentan todo por igual, nuevas manchas de aceite y otras cosas. Existe otra forma de soplar el viento entre los recovecos de esta calle. Las farolas arrojan otra luz y el atardecer tiene otros matices; la lluvia tiene otros obstáculos que generan otros espacios secos. Ya no recuerdo las arrugas de esta calle, no recuerdo su color. Sólo sé que es distinta, que ya no es lo que era, que ha cambiado y sigue cambiando. Que lo que ven mis ojos ahora suplanta lo que vieron antes, que ésta nueva mirada se adapta como apéndice al tullido recuerdo.

Chantal Maillard

escribir para decir el grito, para arrancarlo para convertirlo para transformarlo para desmenuzarlo para eliminarlo escribir el dolor para proyectarlo para actuar sobre él con la palabra por no llorar tan adentro tan a escondidas escribir hasta la extenuación para que se derame el dolor contenido

nivola

Acabo de leerme "Niebla", de Unamuno, un libro de los que te hace pensar y son un tanto trascendentales. Habla, entre otras muchas cosas, de entes de ficción. Es verdad que somos, en mayor o menor medida, entes de ficción, a expensas de lo que los demás nos quieran hacer reales. A expensas de lo que nos estimen, a expensas de cuánto nos tengan en cuenta, a expensas del daño que nos quieran hacer. Es triste pensar que somos lo que los demás quieren y como quieren. Se puede actuar, pero las consecuencias son inesperadas, fatales acaso e irremediables, para luego ser a los ojos de los demás un ser sin sentido. No hay razón por la que sentirse herido si se tuviera total conciencia de lo que somos ¿no? Seríamos capaces de decir "¡no me importa nada ni nadie! ¡y así estoy mucho mejor!¡que le den a todo!"... seríamos realmente capaces....? ¿Qué ganamos con todo eso? Para explicar un poco mejor la idea, robo unas preguntas de Savater: ¿Podemos hacernos "humanos" p

hoy estoy sin título

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A veces, las cosas más sencillas las queremos ver extrañas y siniestras. A veces, no se sabe cómo hacer para sobrellevar las cosas. A veces... es incluso mejor estarse quietecito, observando cómo las cosas aparentemente sencillas, se enrredan, se caen, se entorpecen... y estar llorando por dentro con la cara tiesa de aquí no pasa nada y seguir observando sin inmutarse. Ya está bien.

Honoré Daumier

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Un domingo en el museo . Cómo han cambiado las caras de un tiempo a ahora, las expresiones de fascinación a las de una fascinación más pasmada.

...y mientras, dormiremos echando raíces

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Robert and Shana ParkeHarrison

No vale morder

Mientras veo un documental, en resumen, sobre las consecuencias del cambio climático en la pesca de la península de Kamchatka, deja bien claro entre opiniones y comentarios que todo se mueve por el dinero. Nada nuevo. El salmón se acabará en post de acaparar dinero. El poder y la avaricia de conseguir dinero es cada vez más indiscutible y se antepone a las necesidades básicas del humano. Incluso hablaban del placton, que es una de las bases fundamentales de la cadena alimenticia y se origina en las placas de hielo, si se derrite éste desaparece esta primera parte de la extensa cadena alimenticia, teniendo sus correspondientes repercusiones. Es así que pensé en el dinero como un intruso de última hora que se hizo cada vez más íntimo amigo del humano. El humano iba haciendo cosas por este "amigo", cosas que tal vez por ser humano no haría, pero a cambio el dinero le daría a este iluso todo lo que pudiese imaginar. Hasta hoy este cuento sigue así pero quiero ir más allá. El huma

Escalera de arena

Y qué pasa cuando está todo hecho ahora, y queda todo por hacer. Te pones una canción que no has escuchado nunca y la aceptas tal cual. Luego ya decidirás razonadamente si te gusta o no, pero de primera la aceptas. Aún así, porqué hay que aceptarlo todo; porqué hay que aceptar al egoísta innato, al convenido de turno; qué pasa con la dignidad propia... y qué pasa si el desánimo invade el cuerpo, y no se ve claro más allá de las ilusiones. Qué pasa con todo el compendio que nos hace ser, si algo falla, si con algo no contábamos. Siempre pienso "qué fácil es caer y qué difícil subir". Decidí que algunas canciones sí me gustaban pero que acabaré por desecharlas.

control Z, manzanita Z

Cuantas veces nos pasa que quisiéramos arreglar aquello de lo que nos arrepentimos con esta socorrida y mágica formulita. Nos salva de un apuro siempre que nos equivocamos trabajando, pero qué pasa cuando no estamos frente a la pantalla y de pronto la seguridad que teníamos sobre las teclas se desvanece ante el insalvable suceso, por pequeño que sea... similitudes de la vida.

Todos seremos olvidados pronto

Al leer esto, me quedé suspendida entre el descanso y el aturdimiento. Ya no sentía la responsabilidad de mantenerme en la memoria de los demás, sentía a la vez, la soledad de no ser ni recuerdo de alguien que por poco me conociera. En realidad, cuál es el poder de la memoria, que tantas veces nos hace sentir dolores y alegrías, nos mantiene despiertos en el pasado y el ahora. Todos seremos olvidados pronto...

FLCL

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Siempre es un buen momento para recordar esta serie de culto, por muchos desconocida. No tiene ningún desperdicio. Es una de esas series que no te cansas de ver y siempre te hacen reír y disfrutar igual o más. Os animo a que os metáis en YouTube y busquéis Furi Kuri , Fooly Kooly o similares. La música también es muy buena.

sin darnos cuenta

Y de pronto me di cuenta, de todo lo que anhelaba y del daño que me podría causar tal cosa. Me moriré con tal dolor por todo eso que quise hacer y no me dio tiempo; todos esos libros que quise leer, los sitios que quise visitar, los cuadros que quise pintar, los paisajes que quise dibujar; todo aquello que quise amar. Moriría del dolor por saber que no fui feliz, ni me contenté con lo que tuve, que siempre quise aquello que no conseguí.

Rochefoucauld

Hoy dedicaré esta entrada a una frase sobre el amor, de un escritor francés, que me pareció muy ocurrente, divertida y cierta... François de la Rochefoucauld: "El verdadero amor es como los espíritus: todos hablan de ellos, pero pocos los han visto."

sin mayor trascendencia

Limpiarse de tropófagos que arañan las venas; deshojar la ventana cerrada a cal y canto, cual canto pelado en gargantas infectadas de defunciones anunciadas, ya quedó quejoso y arrumbado. Inmediato, colindante el aire que hormiguea en los ojos y cae la lágrima fácil; hacer de tripas acero candente; abandonar los suspiros en un bis traicionado de tiempo relacionado, porque los recuerdos, esos amigo mío, esos ya son otra historia.

Metamorfosis

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s/t

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Partenogénesis del amor

Me encuentro en el silencio profundo de las miradas ciegas, de las palabras mudas y torpes. Me empapo de locura trastocada, de imágenes alocadas, de pensamientos en colores puros. Siento la intención rota, siquiera mellada, del cuerpo candente, a la vez árido, a la vez templado. Me mata la necesidad, y me pueden las ganas de llorar. Trago saliva la que nunca trascenderá, y lleno los pulmones. Me desinflo en un suspiro quejoso, en unos ojos cerrados, en una mente alborotada, en un corazón palpitante, en un miedo sangrante. Me hace el deseo de querer serte todo; me paraliza, la incertidumbre de no serte nada. Así me consumo, en la total partenogénesis de un amor engendrado por la única soledad en los suburbios de mi corazón.

El beso

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Ama hasta que duela, hasta que sientas los huesos desnudos y el dolor se ampare de tu corazón.

Trayecto corto

Caras arrugadas en cristales vacíos. Mis ojos se mueven rápidos, huidizos, escurridizos, zigzagueando entre los ojos adosados a cuerpos inertes en la inercia del traqueteo. Hago como que miro... más allá de las lunas auxiliadoras, que muestran un paisaje movedizo, casi mortalmente absorbente, nocturno y moribundo. El aire se enreda de alientos ajenos, olores que no excitan las feromonas, perfumes que asfixian. Una pequeña humanidad se condensa, a veces se enlata, adoptando formas geométricas contra natura. Pero afortunadamente, hoy no es así; aún corre aire entre las carnes. Miro de soslayo una cara vieja que se postra de pie a mi lado. Me incomodo. Decido observarla en el reflejo sombrío de la ventanilla. No tiene tantas arrugas como me pareció, pero su rostro de cuencas oscuras se me antoja como un animal herido, un animal de garras desafiladas, de un instinto menguado del que sólo queda la mirada rencorosa, desafiante y cansada. Observo en la calle otro hombre que mira a un joven q

De mis pesares...

El silencio se hace en la casa. Si se presta atención, se escuchará el suspiro de las paredes descansar. Escucho el silencio como si de música de tratara. Se paraliza el espacio. Se respira. Pronto se romperá el encanto. Las puertas se abrirán y cerrarán. Entrarán y saldrán. Huirán y buscarán. Los pasos hundirán el caliente suelo. El silencio de nuevo se romperá. Y la calma morirá. Y yo regresaré al letargo, profundo de mis sentimientos cansados, de mis pesares, que no se curan con un vaso de té. Al que lo quiera entender. Sobre todo lo del "té". Dedicado especialmente a cris.

Esa noche

Niebla, de ínfimos vahos en ojos saltarines de negro en negro, enmarcados en la misma ventana durante trece horas y treinta y cuatro minutos, mientras pupilas dilatadas en el sueño profundo del recuerdo, zozobran el pensamiento dado a destiempo. Aromas, de infinitas sutilezas, rancias notas, manidas personas, respiro, absorbo, destilo sentimientos planchados y guardados, acaso ya apolillados por polillas de rojas y grandes alas agrietadas, rotas por fin, interrumpidas por el parpadeo monótono en el profundo cristal. Lenguas, que quisieran salir corriendo de la oscura y húmeda caverna afilada, buscan otras lenguas en la misma situación, presas entre barrotes blancos, a veces sucios a veces rotos, pero no escapan, se tensan a lo largo de su ser con sus papilas abiertas al aliento, rebotando al paso del aire modulado. Reverberación muda, se torna aburrido, áspero, callado y pausado, dormido, chillando hacia adentro, igual, indiferente, ausente a los demás, tanto para todos nada para sí. Y

Viento

Rememorando viejos sentimientos... Una vez escribí: No me dejo ser lo que soy, porque más de una vez me lo arrebataron. Para eso me lo arrebato yo. Sentí el escalofrío de la oscuridad del miedo que se albergaba en esa mi oscuridad. Siento que me equivoco, lo siento. Pero ignoro que sea cierto. Quisiera quererte como te puedo llegar a querer; pero la profundidad de la indiferencia que quiero amparar me da vértigo. En el suspiro me lleno de impotencia. Observar,te. Pierde, me. Confusión no resuelta con palabras, sino con tiempo transcurrido en palabras intentadas. Esperando... ¿a qué? Quisiera yo saber; dónde deje a Confianza abandonada sin querer. Creo que se perdió cuando el sol se puso... Negada a Ser, a cambio de que no duela. Últimamente hace viento. Viento fuerte. Tal vez en un arrebato de ira me arrancó lo poco que yo tenía. Una sonrisa, una ilusión, la alegría de cada día... Algún día aplacará y espero que no llevase muy lejos mis cosas, por si acaso las encuentro.

sin ganas de nada

La sopa estaba espesa, algo no fluía bien en el ambiente. Un calor sofocante le subió desde el pecho hasta la cara, se incrementaba por el foco de luz asfixiante al que se sometía. El carácter era un tanto indiferente desde días atrás, un tanto reacio quizás, con una vaga irritación, una vieja irritación más bien. Aun así le parecía muy extraño que la sopa fuera tan espesa, le llegaba a repugnar. Pero se la tomó. Intentó librarse por un momento de todos esas ideas que le aturdían el pensamiento constantemente, pero fue en vano. Cuando se hocicaba con un tema le era muy difícil dejarlo. Pensaba en qué podría escribir para aquella ocasión y, por otra parte, en cómo podría solucionar la situación añeja, la cual no debería afectarle como le afectaba. Pero ahí estaba, devanándose los sesos, escudriñando las palabras que diría, imaginando qué efectos producirían esas palabras... y mientras, miraba unos papeles con una serie de premisas que le decían cómo era su personalidad. “Tonterías” pens

s/t

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Como un pozo de luz mortecina aparecía el sol entre esas nubes aún dormidas en la temprana mañana. Caminaba por el negro asfalto, por el profundo silencio que impera en las montañas que rozan el cielo.

Durará todo lo que tú quieras que dure

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Cada vez que la miro siento mi miedo y mi rabia en su carne. Siento los ojos agarrotados en el infinito frunce y la desgana profunda junto con el improbable simulacro de una sonrisa verdadera. Me difiero, en que he conseguido atisbar la puerta entreabierta, por la que brotaré fluida en mi calma dormida, con mis sentimientos sobre la piel cálida por la sangre nueva. Siento que mi pecho exultante late todo entero, lleno de fuertes esperanzas y victorias saneadas.

Reflejo

Adoré sin saber el reflejo maldito. Maldije sin saber mi propio reflejo. Tomo conciencia de lo que fui, soy y seré. Que rompí palabras como piedras, contra la cara arrugada que es puro futuro añejo. Quise ponerme de cara a la pared, quise rayar lo feo, quise pulir lo perfecto, lo que siempre es así. Ya no hay luz para este espejo sucio, sólo hay luz para mis ojos. Me encontré frente a mí, sin yo saber ni querer, que era mi propio cuerpo, dolorido y triste, retorcido por su naturaleza, oscuro. Sin embargo, llego a comprender. Que sólo quiero ser lo que no veo, sino lo que siento dentro, aquello escondido bajo capas de penas. Aquello que ríe, sueña y ama. Quiero ser alma que se mueva por su propio corazón, que corra la sangre por las venas y los nervios me sacudan. Sólo quiero tener conciencia, de que soy solamente yo y nadie más.

cuentecillo

En una noche despejada una estrella en el cielo del mar se perdió. Corrió presurosa y asustada por todo el firmamento. Pensaba que las demás estaban escondidas o que la habían abandonado. Jadeante, tintineaba cada vez más deprisa y cayó al mar desfallecida. Los marineros la encontraron divagando sin rumbo. Viendo que estaba perdida, la recogieron. La estrella les ayudó a llegar a buen puerto, mientras los marineros mantenían su luz. Quedó agradecida por no dejarla abandonada y decidió recompensarlos. Guiaría a los marineros perdidos en el mar, prestando su luz en la noche. La subieron a lo más alto del puerto donde podía contemplar el infinito mar.

muerte a la carta

Sobre una noticia hace tiempo... Escuchando el tick tack de mi reloj de pulsera, escuchando con atención su pulso, cuando éste es imperceptible en la realidad egoísta. El rostro se me queda petrificado en una mueca de horror al oír de fondo lo noticia. No entra en mi cabeza la magnitud de la deshumanización que sufre la gente. Cómo a estas alturas, a una persona se le puede matar metiendo conscientemente veneno en sus venas. Conscientemente. La sangre se nos hiela frente a la ferviente intención de ética humana. Cada vez veo más difícil cambiar o dar significado a algo o simplemente ser humano. Treinta años encerrado es mucho tiempo para arrepentirse y sufrirlo en carne, para además quitar la vida de esa manera tan mortal y deshumana. Treinta años machacando a una persona, destrozada por dentro y ya cuando no es persona, el veneno termina de corroer lo que queda, lo poco que queda. Cómo darle a elegir la última voluntad. Conceder la última voluntad a una vida, cuando ¡toda la vida es

Con razón...

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Remolinos en el aire. Calles vacías. Conversación vacía. Vacía. Es todo lo que me queda en este tiempo vacío. Abro las manos y lo que retengo es vacío. Mi boca está vacía. Mis ojos vacíos. Mi pecho y mi cabeza vacíos. Mírame, no soy nada. Si acaso un cúmulo de cinco sentidos para poder sobrevivir en este remolino de aire en el que me ha tocado vivir. Seis, si me apuras y con suerte. Lo justo y necesario para seguir siendo nada. ¿Dónde busco ese algo? ¿Algo que me permita... ser algo?

Un día absurdo lo tiene cualquiera

Esto comienza así, de repente... Qué hay nuevo desde que la vida es vida, desde que la vida es un ciclo continuo. Es la misma historia, con los mismos deseos, anhelos y frustraciones, fracasos, dolores y miserias, los mismos amores, idealizados, platónicos, correspondidos, rechazados, esperados, apasionados... Todo llega a resumirse en un suspiro aburrido, con el que se piensa fríamente en todo, en qué poco sentido tiene todo y todo el fulgor con el que nos descarnamos. ¿Para qué? Si todo lo que poseemos, si es intelectual, lo absorverémos y con desdicha o fortuna un día lo olvidaremos. Si poseemos bienes materiales tendremos por seguro que lo perderemos. Son más impropios que nuestros, ya que están en continuo momento de desaparición. Y nosotros, ilusos, los queremos como apéndices de nuestros sentimientos. Mirado esto desde la posición en la que estoy ahora mismo, se ve ridículo. Es más importante y grande el amor a una persona, o incluso el odio. Hay que trabajarlo siempre, cada día

MEMENTO MORI

Con las manos fuertemente adosadas a los laterales del lavabo, la mirada desorbitada, fija en el reflejo del sucio espejo. Unos ojos vidriados de miedo. Un miedo reflejado que le escruta el rostro, incesantemente gris, incansablemente cuestionado. Un ser lleno de inquietudes molestas. El agua que corría por su cara no llegaba a refrescar ni el pensamiento ni su sudorosa piel. Se quedó así por un instante, que pareció infinito; perdió la noción del tiempo buscando la escurridiza respuesta; se daba por vencida a ratos. Sólo necesitaba saber su respuesta, la que ella creía necesitar, la que creía que la liberaría. Pero realmente, tenía el mayor miedo de todos sus miedos, el de saber la respuesta a su propia pregunta. Se quedó con la mente en blanco, ausente en su mirada penetrante. Los pensamientos brotaron sordos creando una sensación de desesperanza que recorría todo su ser. Miedos. Miedo a creer en lo que realmente no conocemos, a la muerte inminente, a la oscuridad y la soledad; miedo

Cuentecillo de la lluvia

El cielo tenía una gran pena. De nubes oscuras se nubló y durante días lloró. Setitas de colores andan por las calles. Setitas de colores mojaditas de lluvia. Corren de aquí para allá, suben bajan, vienen y van. Unas son grandes, enormes, otras pequeñas y con goteras. Otras el viento las rompió. A algunas setitas se les olvida su sombrero y con sus pequeñas patitas corren enfadadas bajo la llovizna. A otras en cambio la lluvia les gusta mucho y se quitan el sombrero y corren metiéndose en los charcos, empapándose de alegría. El cielo aún triste, a veces ruge con rabia y las setitas se asustan, se esconden. Esperan a que se calme... Cuando el cielo se ha desahogado, se despeja de sus feas nubes y deja relucir su precioso cielo azul. El sol brilla y el vientecillo fresco juguetea a su antojo. Las setitas guardan sus sombreros y ponen una sonrisa en sus caritas llenas de color.

Otoño

Época de ultimátum. De lágrimas al borde del abismo. De sangre fría. De moscas irascibles que huyen de una muerte prematura. De hojas quebrantadas. De vientos furiosos y templados. Es época de cielos entristecidos, copados de nubes informes y grises. De falsas esperanzas, de lluvias que no llegan. De recuerdos fustigados y soledades de insomnio. Tiempo en el que caen las pestañas y los ojos enrojecen. Los cuerpos se vuelven ásperos y encogen, cuan amorosos son. Época de noches infinitas, de continuos días moribundos. De palabras mudas, de heridas de incesante borboto, de sentimientos acotados. A mano tendré el abrigo para guarecerme cuando caigan las primeras gotas y soplen los primeros vientos fríos, y a mano reservaré la sonrisa trémula que alberga la esperanza de recordar este dolor con alivio.

Por qué lloran al nacer

Ciudad

De pie sobre el suelo de piedra dura, inmóvil, dejándome invadir por el ruido que se va convirtiendo, a medida que me hace suya, en murmullo, cada vez más rápido, hasta que se hace extraño y horrible. Todo gira en torno a mi piel, que la traspasa quedando el pensar sin pensar suspendido en el humo contaminado. Luces y sombras, sarcástica metáfora de lo que me es tangente. A mi paso ligero y huidizo la ciudad se me antepone, llegándome a irritar, la esquivo, se ríe, frunzo el ceño y me deja paso durante algún tiempo. Tengo tantos pensamientos a los que quisiera dar carpetazo que ni se molestan ahora, mientras huyo por las venas de la ciudad, en golpearme la frente. Siento detrás de mí que el tiempo se me descuelga, se pierde, y sólo arreo el lamento de no saber cómo rescatarlo. Me confundo, entre tantos olores mezclados, olores a cementos húmedos en obras inacabadas, a petróleos quemados, a cigarros moribundos en bocas apestosas, a perfumes pesados, no me reconozco en el caliente aire

Sobre el llanto

¿Os habéis fijado en lo bonito que es llorar? Pero llorar de pena. Cuantos músculos se encogen, se estremecen en todo el cuerpo. El corazón comienza a compungirse, atravesado por una punzada de dolor proveniente de lo más profundo e insospechado que podemos imaginar... Esta sensación es más dolorosa por el hecho de no saber exactamente de dónde procede. Atendemos a un truenecillo dentro de nuestra cabeza, como el eco sordo de una tormenta aproximándose. En la cara los ojos se aprietan, rebasándose un párpado a otro empapados y salados, las cejas casi se tocan, la boca adopta una mueca de furia y dolor intensos. La nariz se atora como nunca de secreciones incansables. Las gotas saladas caen, como si de una pendiente divertida se tratara, caen presurosas hacia el vacío. Las manos apremian a encerrar el rostro enrojecido. Los hombros se convulsionan, el pecho exhala hondamente pequeños pedazos de aire que expulsa in situ. La sangre se espesa en las sienes y el corazón se acorrala en la tr

Astillas

Sentada, con las manos colindantes a una taza de té, blanco y ardiente. Vierto sobre el agua expectante una mirada intimidatoria, que la hace ruborizarse y casi retroceder, volviéndose amarillenta. Vierto a su vez un pensamiento aquejado por las torsiones complejas a las que lo someto de continuo. Me siento con la piel astillada de los roces forzosos, el corazón agrietado en los suburbios inexplorables, con dolores de ideas banales. Suspiro, sobre el calor del agua aprovechando para de paso enfriarla. Vierto, ahora, una advertencia amenazadora, esperando una respuesta que me satisfaga, o al menos me distienda los sentidos y el cuerpo. Por un momento, por un instante. El cansancio se acumula y siento que no hay forma de respirar. Los pulmones se agarrotan y el pecho no se expande más allá de los músculos encajados. La puerta de la que me hablabas está atrancada, sólo consigo asomar la mano putrefacta congelada en el tiempo de la ansiada espera, como testigo de una posible señal de

s/t

Proyecto sobre mis zapatos de cordones negros mis sueños. Proyecto mis zapatos sobre el asfalto y la ciudad. Los vacío de pereza, de cansancio y calor. Los proyecto hacia delante con ritmo constante y sin pausa. Me hacen caminar entre pilares andantes, me hacen sentir de goma entre las paredes de la gran urbe. Son pequeños pero rápidos. Anquilosados ante un rojo imponente, desesperan y empiezan a bailar. Rebosan de energía. Y de repente se me salta el corazón. Eres tú. Te estaba esperando. Entonces mis pies se congelan y mientras hablamos adoptan posturas verticales, intentando oír la conversación. Qué pronto te marchas. Mis pies tiemblan. Comienzan a flaquear y a apenarse. Me lanzan a través de las calles a toda velocidad, hacia casa. Se deshacen de sus ataduras y acarician el frío suelo, recuperando el aliento. Caen rendidos sobre el mullido colchón, envueltos en sus suaves calcetines, descansan uno sobre otro.

s/t

El aire arreciaba al atardecer, la noche caía espesa sobre las cada vez más desiertas callejas. Caminaba apretando el paso, recorriendo el duro asfalto de calles sin nombre. Con rumbo fijo, a refugiarme de esa negrura. El aire tormentoso se deslizaba cálido sobre mi cara. La calle era larga y recta, no pasaban coches ni gente y crucé para tomar la trasversal a la izquierda. Cuando torcí la esquina me pareció entrar en otro mundo; el aire dejó de silbar y de moverme los cabellos. Las hojas no rodaban y el calor se hizo seco, casi imperceptible. La calle enmudecida por unos instantes me obligó a mirar en derredor, sin dejar de caminar. Se me antojó extrañamente peligrosa y segura a la vez. Duró un instante, menos de lo que pudiera haber contabilizado un reloj. El aire comenzó a levantar levemente la hojarasca abandonada; como una brisa, me trajo el calor húmedo a los brazos. Me fue divertido pensar que, por ese instante, burlé al aire en su juego travieso de un esquinazo.

Bert Haanstra

Bert Haanstra. Era un documentalista holandés que descubrí hace poco y me encantó. Cabe destacar su capacidad de composición sonido-imagen, cómo encaja todo a la perfección. Es digno de ver. Este es uno de sus vídeos, pero os animo a que busquéis más al respecto porque no tiene desperdicio. http://es.youtube.com/watch?v=700JtwiPrlQ http://es.youtube.com/watch?v=vUfsd69iu9Y&feature=related

Odeón irritable

Como bien dices ese “ambiente de competición” es el que nos envenena los pensamientos, nos corroe el cuerpo de escalofríos y espasmos violentos. No entiendo cómo llegamos a estos puntos, que parece que si trazas una línea uniéndolos forman el dibujo de una soga. En el ardor de la batalla no se mira ni que se esté una noche sin dormir ni que se esté a la intemperie con las horas pesando sobre el cuerpo... ¿Y todo para qué? Siempre con el mismo anhelo, con la misma ansia de conseguir algo que, si pensamos fríamente, no nos quita la vida y podemos seguir viviendo teniendo lo que tengamos... pero nos desvivimos. Es la contradicción de la que somos víctimas todos, tanto de los que la tienen dentro como de los que, por las circunstancias, les acaba abordando. Quienes vivan esto, sabrán de lo que estoy hablando. Y los que no, se lo explicaré en pocas palabras. Esta maldita manía de no hacer las cosas bien desde el principio, aún a sabiendas de lo que pasaría. Somos la primera promoción de un

Sobre el silencio

Esta entrada puede ser un poco larga y más para ser la primera. Pero quería empezar con algo neutro. Como bien titulo, sobre el silencio habla de aquellos recuerdos añorados que permanecen mudos en la memoria. Busco una habitación perdida, en una casa abandonada en el tiempo. La puerta colgaba de una bisagra desgastada, la madera estaba fría y agujereada, descolorida. El viento la mecía torpemente. En el umbral de la entrada el suelo se extendía gris aterciopelado, mullido, con alguna que otra hojarasca repentina. Al paso, el gemido dolorido de la madera sucia retumbaba en las paredes agrietadas, sucumbiendo la calma. Una calma vieja, dormida entre el viento y los árboles y el mar lejano. El aire dentro de la casa era suave, caluroso y familiar. Aquel monstruo roto era acogedor, era como un animal dolido en las entrañas, con su pena eterna e incurable. Sólo le quedaba el aire contenido de recuerdos. El olor me pareció un susurro ajeno que poco a poco cogía forma de

Bien-come?

Sólo quiero inaugurar de alguna manera otra forma de comunicarme. Os invito a que mi blog sea vuestro blog y os expreséis como queráis. ¡Bienvenidos!