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Mostrando entradas de diciembre, 2008

Lápiz

Hoy me sentí especialmente dichosa, afortunada y querida. Gracias a ti.

Gigantes

De mis grandes dolores hago yo mismo pequeños cantos. Heine Somos gigantes con los pies hundidos en un charco de agua estancada. Nos erigimos por la aparente solidez con la que hacemos frente a las palabras envenenadas. Mira, cómo lloramos con la cara petrificada, cómo creemos ser duros cuando sólo intentamos ser fríos, creyendo que eso nos hará más fuertes, que nos hará ser inmunes al cariño, el que tanto necesitamos y a la vez rechazamos. Somos gigantes atorados, grises y mohosos, cada vez más hundidos, forjando la esperanza de que todo pudo ser mentira, de que entonces así no somos culpables de ser como fuimos. Me da pena pensar en lo que nos convertimos. Todo metódicos, racionales, estrictamente pensantes, automatizados para tareas involutivas. Pensamos y conceptualizamos todo amago se sentir.

Memoria 0

Todo lo que está fuera de nuestra vista es pasto del olvido, inmediato o no, pero del olvido. Ya no puedo recordar con claridad la casa que había enfrente, en el lugar en el que hay ahora un edificio medio, un patio de vecinos silencioso. La casa anterior era más baja y me dejaba ver más cielo. Había más espacio, más aire. Ya no recuerdo cómo eran las aceras, ni los desperfectos de la carretera. ahora hay nuevas heridas en esos ladrillos grises que pavimentan todo por igual, nuevas manchas de aceite y otras cosas. Existe otra forma de soplar el viento entre los recovecos de esta calle. Las farolas arrojan otra luz y el atardecer tiene otros matices; la lluvia tiene otros obstáculos que generan otros espacios secos. Ya no recuerdo las arrugas de esta calle, no recuerdo su color. Sólo sé que es distinta, que ya no es lo que era, que ha cambiado y sigue cambiando. Que lo que ven mis ojos ahora suplanta lo que vieron antes, que ésta nueva mirada se adapta como apéndice al tullido recuerdo.

Chantal Maillard

escribir para decir el grito, para arrancarlo para convertirlo para transformarlo para desmenuzarlo para eliminarlo escribir el dolor para proyectarlo para actuar sobre él con la palabra por no llorar tan adentro tan a escondidas escribir hasta la extenuación para que se derame el dolor contenido

nivola

Acabo de leerme "Niebla", de Unamuno, un libro de los que te hace pensar y son un tanto trascendentales. Habla, entre otras muchas cosas, de entes de ficción. Es verdad que somos, en mayor o menor medida, entes de ficción, a expensas de lo que los demás nos quieran hacer reales. A expensas de lo que nos estimen, a expensas de cuánto nos tengan en cuenta, a expensas del daño que nos quieran hacer. Es triste pensar que somos lo que los demás quieren y como quieren. Se puede actuar, pero las consecuencias son inesperadas, fatales acaso e irremediables, para luego ser a los ojos de los demás un ser sin sentido. No hay razón por la que sentirse herido si se tuviera total conciencia de lo que somos ¿no? Seríamos capaces de decir "¡no me importa nada ni nadie! ¡y así estoy mucho mejor!¡que le den a todo!"... seríamos realmente capaces....? ¿Qué ganamos con todo eso? Para explicar un poco mejor la idea, robo unas preguntas de Savater: ¿Podemos hacernos "humanos" p

hoy estoy sin título

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A veces, las cosas más sencillas las queremos ver extrañas y siniestras. A veces, no se sabe cómo hacer para sobrellevar las cosas. A veces... es incluso mejor estarse quietecito, observando cómo las cosas aparentemente sencillas, se enrredan, se caen, se entorpecen... y estar llorando por dentro con la cara tiesa de aquí no pasa nada y seguir observando sin inmutarse. Ya está bien.

Honoré Daumier

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Un domingo en el museo . Cómo han cambiado las caras de un tiempo a ahora, las expresiones de fascinación a las de una fascinación más pasmada.