Hilo de tonos azules

Sumergida en esta penumbra de tonos azules, el frío invade mi ser. Tus ojos no dejan traspasar la poca luz que pueda dar este mundo infecto. Paso la mano por la polvorienta piel, dejando perfectos surcos en una piel casi mortecina. La sangre se agolpa en las venas rabiosas y son malos estos tiempos para creer en la felicidad. Constructo. Pensamientos mordaces arman un día tras otro y aniquilan toda sed de ser diferente. Una idea se plantá en tu alma y brota... surge con la fuerza de la fe, rompe con la débil mirada cálida con la que se pudiese mirar al horizonte. Y sigues ahí, de pie, esperando a que acaben contigo, porque nadie plantó jamás la voluntad de ser tú el dueño de tu vida. De qué quieres ser dueño entonces... Y así, sumergida en los azules que se tornan grises, acuno el miedo, rozando la locura, el sentimiento negro que te hace vislumbrar que puedes perderte, el tsunami que te arrasa toda calma, lo que te arrastra al vacío sabiendo que no tendrás sostén para tus rodillas. Me tambaleo en un fino pensamiento que quiere hacerme ver lo bello de estos azules, pero... el abrazo se rompe, las palabras quiebran, el tiempo es infinito y la desidia es el universo. Deseo congelarme en este azul y dejar de sentir el dolor de la incomprensión.

Comentarios

Daniel H ha dicho que…
A veces me siento identificado con lo que dices. Es muy triste pero haces bien en escribirlo, te ha quedado bien y además así se escupe un poco el veneno. La verdad que en ese lenguaje poético cala más el mensaje. Pues nada, sigue dándole, yo creo que lo haces bien. Un saludo.

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