Un toque, un escarmiento, una sacudida, un calambre, una punzada, un cosquilleo, un temblor que espanta, atemoriza, dispersa la sangre en las sienes concentrada, abre los ojos de golpe y mira al frente, porque ya lo de atrás se desvanece en el presente. Respira... profundamente, relajando los músculos tensos, los huesos tiesos, los nervios erizados. Respira... y piensa de nuevo, disfruta de los nuevos pensamientos, de las nuevas esperanzas, de lo nuevo que vendrá.