in crescendo

Se puede apreciar el leve humear de la taza caliente, sobre la luz tenue que invita por fin al descanso. Los días se hacen duros, tanto como no cabe imaginar... pero curiosamente, si se analizan fríamente, comienzan a reblandecerse. La dureza se convierte en experiencia, una experiencia que quizás nunca escarmiente, pero que aún así "no ocupa lugar". Hace tiempo, que la desesperanza y sus similares dejaron de cavar hondo en el día a día y es un descanso. Siento que colmo la necesidad de sanear los principios, los prejuicios, los pensamientos, los sentimientos... in crescendo. Se evapora al contacto con el nuevo aire, se libera, ese algo que permite evolucionar, crecer.

Los días preñados de dudas y angustias se reblanceden, con la risa y la gracia, la alegría intrínseca en palabras cotidianas; la tranquilidad de un corazón no sobresaltado por el silencio de sus voces. Ahora escucha.

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