Reflejo

Adoré sin saber
el reflejo maldito.
Maldije sin saber
mi propio reflejo.

Tomo conciencia
de lo que fui,
soy
y seré.

Que rompí palabras
como piedras,
contra la cara arrugada
que es puro futuro añejo.

Quise ponerme
de cara a la pared,
quise rayar lo feo,
quise pulir lo perfecto,
lo que siempre es así.

Ya no hay luz
para este espejo sucio,
sólo hay luz
para mis ojos.

Me encontré frente a mí,
sin yo saber
ni querer,
que era mi propio cuerpo,
dolorido y triste,
retorcido por su naturaleza,
oscuro.

Sin embargo,
llego a comprender.
Que sólo quiero ser
lo que no veo,
sino lo que siento dentro,
aquello escondido
bajo capas de penas.
Aquello que ríe,
sueña y ama.

Quiero ser alma
que se mueva
por su propio corazón,
que corra la sangre
por las venas
y los nervios
me sacudan.

Sólo quiero
tener conciencia,
de que soy
solamente yo
y nadie más.

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